El lanzamiento de la nueva generación de tarjetas gráficas GeForce RTX 50 de NVIDIA no ha estado exento de controversia. Han surgido acusaciones que apuntan a que la compañía podría estar intentando influir en las reseñas de sus productos, especialmente en los modelos de gama de entrada como la RTX 5060.

Retención de drivers y enfoque en Frame Generation

La polémica se encendió cuando varios medios especializados denunciaron que NVIDIA había decidido no enviar los drivers necesarios para probar la RTX 5060 antes de su lanzamiento oficial. Esta decisión impidió que los analistas pudieran publicar sus reseñas el día de la salida al mercado, dejando a los consumidores sin análisis independientes en el momento de la compra.

Algunos críticos sugieren que esta maniobra podría ser un intento de controlar la narrativa, presionando a los medios para que centren su cobertura en las tecnologías de software como DLSS 4 y Multi Frame Generation (MFG), en lugar del rendimiento bruto del hardware. MFG es una tecnología exclusiva de la serie 50 que genera "fotogramas falsos" para aumentar la tasa de FPS, pero que puede introducir latencia y no siempre refleja la potencia real de la GPU.

Problemas adicionales que empañan el lanzamiento:

  • Rendimiento cuestionado: Se ha criticado que la mejora de rendimiento de la serie 50 frente a la 40, sin activar DLSS, es menor de lo esperado, especialmente en las gamas medias.
  • Problemas con los drivers: Varios análisis posteriores al lanzamiento han reportado inestabilidad en los drivers, causando caídas de rendimiento y cuelgues en juegos populares.
  • Conector de energía: Persisten las preocupaciones sobre el conector de alimentación 12V-2x6, que en la generación anterior ya causó problemas de sobrecalentamiento en algunos casos.

Esta serie de controversias ha generado un clima de desconfianza entre una parte de la comunidad de jugadores, que percibe una falta de transparencia y un enfoque excesivo en el marketing de software por encima de las mejoras de hardware.