Intel, el gigante tecnológico que todos conocemos por sus procesadores, está metido en una transformación silenciosa pero profunda. No hablamos de chips, sino de cómo la empresa se comunica con el mundo, con nosotros. Su departamento de marketing está viviendo una masacre.

¿Qué está pasando exactamente?

La compañía azul ha decidido darle un giro radical a su estrategia de marketing. Esto se traduce en:

  • Menos personal interno: Se están produciendo despidos en su equipo de marketing. No es una decisión fácil, pero busca optimizar la plantilla y recursos.
  • Más automatización: La tecnología no solo está en sus procesadores, sino también en su gestión interna. Intel apostará fuerte por herramientas de automatización para hacer el trabajo de forma más eficiente y con menos intervención manual.
  • Externalización a gran escala: Aquí entra en juego un actor clave: Accenture. Gran parte de las tareas de marketing que antes se hacían dentro de Intel, ahora serán gestionadas por esta consultora externa, conocida por su experiencia global en estrategias de negocio y tecnología.

¿Por qué este movimiento tan drástico?

La palabra clave es agilidad. En el vertiginoso mundo de la tecnología, ser grande no siempre es sinónimo de ser rápido. Intel busca ser:

  • Más ágil: Para adaptarse rápidamente a las tendencias del mercado, a las nuevas plataformas de comunicación y a las necesidades cambiantes de los consumidores.
  • Más rápido: En lanzar campañas, comunicar innovaciones y reaccionar a la competencia, acortando los ciclos de respuesta.
  • Más eficiente: Reduciendo costes fijos y optimizando recursos para que cada euro invertido en marketing tenga el máximo impacto, centrándose en resultados medibles.

Este cambio refleja una tendencia creciente en muchas grandes corporaciones: delegar funciones no esenciales para centrarse en su negocio principal, la fabricación de chips y la investigación y desarrollo, en este caso.